El cortesano perfecto, adulador e intrigante, prospera y alcanza su plenitud en un mundo en el cual todo gira en torno del poder y de la habilidad política.

Domina a la perfección el arte de la oblicuidad, adula, se somete a sus superiores y reafirma su poder sobre los demás de la forma más encantadora y graciosamente indirecta y falsa.
Aprende a aplicar las leyes del cortesano, y tu ascenso dentro de la corte no conocerá límites.