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Exportar más y contaminar menos no son conceptos antagónicos como pudiera parecerlo a simple vista y sin entrar en detalle.

Existe una creencia errónea de que los sistemas prefijados o tradicionales deben ser los adecuados porque todo el mundo lo hace así.

En el caso de una nueva empresa que se abra a una estrategia de internacionalización, el primer paso deberá ser conocer los Incoterms como DAP y el resto para saber cuál de ellos le conviene más usar, sus obligaciones frente a la empresa transportista y viceversa.

Ahora bien, abrirse a la internacionalización y las posibilidades del comercio exterior no tiene por qué realizarse del mismo modo que el resto de empresas preestablecidas. Para el caso de un nuevo proyecto o una empresa familiar que decida vender sus productos en el extranjero, la exportación puede llevarse a cabo de forma original y sostenible en lugar de la clásica e impersonal caja rectangular donde hay más aire que producto.

Podemos vender diseño en el embalaje, como parte de la experiencia de compra del propio cliente exterior. Es una forma de empezar a diferenciarse de la competencia preestablecida e ir ganando poco a poco la cuota de mercado que haga que todo ese proceso de internacionalización sea rentable.

Además, para grandes empresas la exportación sostenible significa poder reducir con ello el número de camiones necesarios para transportar las mercancías hasta el punto de distribución y, a partir de ahí, el espacio alquilado necesario donde ocupar con los productos. Es un doble ahorro, a nivel económico para la empresa y, a la vez, para el planeta y el medio ambiente, que verán cómo se reducen las emisiones por empresa o por producto exportado.

Ser pequeño o nuevo en la exportación ya no es una excusa válida, y tratar de innovar en la forma de llegar a otros mercados con el medio ambiente como premisa básica puede ser una excelente inversión en imagen de marca y en sostenibilidad global. Si sabemos cómo hacer nuestro embalaje perfecto sabremos cómo vender en otras regiones ese avance o distinción, e incluso patentar un nuevo método de exportación. Porque no, no todo está inventado, y mucho menos en materia de sostenibilidad y sensibilidad hacia el planeta.

Los DAP: Inconterms son un paso por el que toda empresa que exporte un cierto volumen periódicamente debe pasar y que, de hecho, simplifica los trámites que históricamente debían llevarse a cabo para este tipo de operaciones importantes.