
Cuando intentes impresionar a la gente con palabras, ten en cuenta que cuanto más digas tanto más vulnerable serás y tanto menor control de la situación tendrás.
Incluso cuando lo que digas sea sólo banalidad, parecerá una idea original si la planteas en forma vaga, abierta y enigmática.

Las personas poderosas impresionan e intimidan por su parquedad.
Cuanto más hables, mayor será el riesgo de decir alguna tonteria.