Tiempo de lectura aprox: 14 segundos
Los problemas suelen tener su origen en un solo individuo fuerte: el instigador, el subalterno arrogante, el sembrador de inquinas y resentimientos.
Si dejas espacio para que actúe ese tipo de individuo, otros sucumbirán a su influencia.
No esperes a que los problemas que él causa se multipliquen, y no trates de negociar con él, pues es irrecuperable.
Neutraliza esa influencia, aislándolo o eliminándolo. Recuerda que, muerto el perro, se acabó la rabia.