El análisis más riguroso y completo de los estudios científicos realizados sobre la eficacia de las mascarillas para reducir la propagación de enfermedades respiratorias, incluida la Covid-19, se publicó recientemente.
Sus conclusiones, dijo Tom Jefferson, el epidemiólogo de Oxford que es su autor principal, fueron inequívocas:
“Simplemente, NO HAY EVIDENCIA de que (las mascarillas) provoquen alguna diferencia»
¿Qué pasa con la utilidad de las mascarillas junto con otras medidas preventivas, como la higiene de manos, el distanciamiento físico o la filtración de aire?
“NO HAY EVIDENCIA de que muchas de estas «medidas» marquen alguna diferencia”.
Estas observaciones no provienen de cualquier lugar: Jefferson y 11 colegas realizaron el estudio para COCHRANE (una organización sin fines de lucro que es ampliamente considerada el estándar de oro para revisiones de datos médicos).
Las conclusiones se basaron en 78 ensayos controlados y aleatorios (6 de ellos durante la pandemia de Covid) con un total de 610.872 participantes en varios países
Los principales expertos que apoyaron los mandatos estaban equivocados. En un mundo mejor, les correspondería a estos últimos reconocer su error, junto con sus considerables costes físicos, psicológicos, pedagógicos y políticos. Pero no contemos con ello.
Cualquiera que fuera la razón, los mandatos de mascarilla fueron una tontería desde el principio. El informe Cochrane debería ser el último clavo en este ataúd en particular
La última justificación para las mascarillas es que parecían una forma relativamente económica e intuitivamente efectiva de hacer algo contra el virus en los primeros días de la pandemia.
Pero “HACER ALGO” NO ES CIENCIA, no debería haber sido una política pública y las personas que tuvieron el coraje de decir lo contrario merecían ser escuchadas, no tratadas con desprecio.
Estamos trabajando al límite, decían. Es la peor pandemia en la historia de la humanidad, dijeron. Nuestra profesión debe tomarse más en serio, dijeron.
JAPON – Abogado japones Sr. Hirofumi, Yanagase dice:
“El numero de muertos en Japón ha estado en aumento continuamente. El año pasado el numero de muertos en 2022 excedió de 1,58 millones, el mayor numero de muertos desde la 2ª guerra mundial.
Comparado con el 2021, el numero de muertos se ha incrementado en mas de 140.000 personas. Si lo comparamos con el 2020, el numero de muertos alcanza la escandalosa cifra de 210.000 muertos”
Os preguntareis por qué desde mediados de Diciembre del 2022, tras tres años de histeria COVID, vacunación obligatoria, cierre de escuelas, parálisis de la vida pública y restricción de derechos fundamentales estamos asistiendo a cambios antes inimaginables:
• La OMS declara repentinamente el fin inminente de la pandemia mundial.
• El gobierno alemán pone fin a la financiación de los centros de vacunación.
• Los defensores de la vacunación callan de repente.
• El director de la agencia del gobierno federal alemán para el control y la prevención de enfermedades (Instituto Robert Koch), Lothar Wieler, dimite abruptamente.
No son coincidencias
El 1 de enero del 2023, aparece un artículo alarmante en The Wall Street Journal, que hace referencia a un estudio publicado en la destacada revista científica Nature el 19 de Diciembre del 2022.
El mensaje central
Las vacunas de ARN promueven una explosión de mutaciones de coronavirus en personas vacunadas.
Con esto el COVID se ha convertido en…
Una pandemia de vacunados
Una «bomba de tiempo biológica» está haciendo tictac en millones de personas vacunadas.
Un chollazo para los futuros mercados de la industria farmacéutica, un Waterloo para todos aquellos políticos que presionaron a millones de personas con los eslóganes de vacunación sin fundamento de esta industria.
El hecho de que este artículo apareciera en The Wall Street Journal, el periódico financiero más influyente del mundo, tampoco es casualidad.
Su publicación se produjo apenas dos semanas después de que el mismo periódico tuviera el valor de publicar los detalles de la única alternativa científicamente probada -y sin efectos secundarios- al flagrante crimen de la vacunación de la industria farmacéutica: una patentada combinación de micronutrientes naturales.
Consecuencias Políticas
Las consecuencias políticas de este desarrollo actual aún no son previsibles. Los giros públicos y las dimisiones de los principales protagonistas del espectáculo de la vacunación son obviamente un intento desesperado de eludir la responsabilidad legal de esta catástrofe.
Particularmente afectado por la inminente ola de demandas es el gobierno alemán , y por tanto, el contribuyente alemán.
Al asumir las garantías de las demandas de recurso por las vacunas de ARN más distribuidas del mundo (por BioNTech/Pfizer) el gobierno ha puesto el futuro económico de generaciones enteras a merced de un grupo de malabaristas que deambulan por el país con el insostenible eslogan «Las vacunas de ARN protegen contra el COVID.»
Con la bancarrota de tres años de política sobre el coronavirus ahora evidente, estos políticos tienen pocas opciones para cubrir su fracaso:
1.- Intentar una prohibición legal de las terapias con micronutrientes, y por tanto, la única alternativa segura al crimen de la vacuna contra el ARN.
2- Intentar encubrir los crímenes farmacéuticos, que ahora se han hecho evidentes, bajo una potencial ley marcial.
Todos estamos llamados a transmitir este análisis al mayor número posible de personas.
