Este gesto se denomina “ojiva” y se enseña en clases de comunicación no verbal para oradores, así que cómo veís son todos muy versátiles y originales. Todos cortados por el mismo patrón.
La más típica (hay más):
Manos en “V” señalando al cielo:
Se simula con las manos la forma de una pirámide.
Se trata de un “autocontacto” que puede aliviar la tensión, es una postura que transmite aplomo y asertividad.
Al realizarse, suele indicar que la persona cree que es mucho más competente que la persona con la que mantiene la conversación y quiere demostrarlo.
Suelen ser personas que se sienten con autoridad para abordar el tema del que están hablando y al colocarse en esta posición lo reflejan ante los ojos de las personas que les ven/escuchan.
No vayas más allá de tu objetivo original: triunfar, aprender a cuándo detenerte.
El momento del triunfo es a menudo el momento de mayor peligro.
En el fragor de la victoria, la arrogancia y un exceso de confianza en tus fuerzas pueden llegar a impulsarte más allá de la meta que te habís propuesto en un principio, y al ir demasiado lejos, serán más los enemigos que te crearán que los que logres vencer.
No permitas que el éxito se te suba a la cabeza.
No hay nada como la estrategia y la planificación cuidadosa.
Fíjate un objetivo y, cuando lo alcances, detente.
Siempre es peligroso mostrarse superior a los demás, pero lo más peligroso de todo es parecer libre de toda falla o debilidad.
La envidia genera enemigos silenciosos. Lo inteligente es poner de manifiesto, de vez en cuando, tus defectos y admitir vicios inofensivos, a fin de desviar la envidia y parecer más humano y accesible.
Sólo los dioses y los muertos pueden parecer perfectos impunemente.
El espejo refleja la realidad pero también es el arma perfecta para el engaño: cuando te reflejas en tus enemigos, haciendo exactamente lo que hacen ellos, tus rivales no lograrán deducir tu estrategia.
El efecto espejo los burla y humilla, lo cual los lleva a reaccionar en forma desmedida. Al poner un espejo frente a su psique, los seduces con la ilusión de que compartes sus valores.
Al reflejar sus acciones en un espejo, les enseñas una lección.
Son muy pocos los que pueden resistirse al poder del efecto espejo.