A lo largo de nuestra vida nos vamos a encontrar con situaciones en las que tengamos que hablar delante de los demás: bien sea en el plano académico, cuando estemos realizando nuestros estudios, o bien en el plano profesional, cuando hagamos nuestro trabajo.
Sin embargo, nadie nos enseña a aprender a hablar en público.
Suelen ser momentos en los que la ansiedad sube por las nubes hasta tal nivel que nos bloquea.
¿Qué podemos hacer? Hay una serie de trucos que podemos seguir para controlar las exposiciones o los discursos que demos frente a un nutrido auditorio.
Si puedes hablar lo suficientemente brillante sobre un tema, darás la impresión de que lo dominas.
-Stanley Kubrick-
Prepárate
Si la ansiedad se dispara en el momento de hablar en público, va a convertirse en un diablillo que juegue en nuestra contra (y con nuestras propias armas, porque nos conoce muy bien). Pero si tenemos unos niveles moderados, esta emoción va a hacer que nos preparemos mejor el discurso que tenemos que dar. De hecho, el primer truco a tener en cuenta para aprender a hablar en público es prepararnos la presentación.
Para ello, es necesario que establezcamos el tiempo que tenemos para prepararla y practicarla. De esta manera, lo dividiremos de forma que le dediquemos la mitad a cada tarea. Así, conseguiremos tenerla bien atada de cara a nuestra intervención, que también tendremos que preparar.
Todo discurso bien preparado está ya pronunciado en sus nueve décimas partes.
-Dale Carnegie-
Exposición clara y fácil de seguir
Para ello, debemos tener claro el objetivo que queremos lograr con la misma y quiénes formarán nuestra audiencia. De esta manera, vamos a saber cómo podemos estructurar nuestro discurso y elegir las herramientas adecuadas. El auditorio va a determinar nuestro punto de partida y el nivel de profundidad al que podemos llegar con el nivel que disponemos.
Evita leer todo el tiempo
¿Cómo? Empleando y desarrollando un soporte adecuado. Este puede ir desde un esquema en un papel hasta una presentación audiovisual con la que ir guiando nuestro discurso.
Ensaya tu discurso en casa
A la hora de hablar en público es importante practicar.
Lo que podemos para mejorar nuestra presentación no se queda ahí. Una vez que nos hemos preparado de forma adecuada la exposición que vamos a realizar y el material a utilizar, tenemos que ponernos a practicar, eso sí, en voz alta. De esta manera vamos a saber qué tenemos que mejorar antes de exponer delante de nuestra audiencia.
Ensaya en el lugar de la exposición
Hacerlo nos va a ayudar a manejar nuestra ansiedad familiarizándonos con el lugar en el que se hará la exposición. Además nos permitirá comprobar que la presentación se carga bien y que al pasarla de un ordenador a otro no se descoloca.
Relájate
Poner en práctica alguna técnica de relajación, como la respiración abdominal nos va a ayudar a que el discurso que hemos preparado no quede bloqueado por los nervios. De esta manera evitaremos problemas de recuperación con nuestra memoria.
El contacto visual
Es sumamente relevante que repartamos nuestra mirada entre los asistentes, sin fijarla en una sola persona o en un punto en concreto de la sala, al menos en los momentos de pausa. Tampoco debemos sacar conclusiones sobre cómo nos están evaluando los asistentes por sus caras, pues nos pondrá más nerviosos.
A veces hablamos mucho y decimos poco. Para expresar más, conviene pensar más
-Honoré de Balzac-
Cuida tu comunicación no verbal
Es mejor que nos centremos en lo que estamos diciendo. Y en cómo. Para mantener la atención de nuestro público va a ser importante que nuestro volumen, nuestra velocidad y nuestro tono se mantengan en niveles medios, variando sutilmente.
Provoca una sonrisa en tu audiencia
No una carcajada, no queremos hacer un monólogo. Además, recuerda que todos cometemos errores, así que si tienes un lapsus y te quedas en blanco no le des importancia y continúa con tu discurso… ¡A por ello!
Se trata de un grupo integrado por las 5 economías emergentes más poderosas del mundo (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que funciona formalmente desde 2009.
BRICS es el acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, los países que hasta el momento conforman el bloque.
Se trata de 5 de las economías emergentes más poderosas del mundo.
Estos países tienen en común poseer una gran población, extensos territorios y grandes cantidades de recursos naturales.
“Es esperable que un país exitoso en el conjunto de los BRICS deba tener una capacidad productiva amplia (agrícola, industrial y de servicios) que corresponda a su potencial económico, una economía relativamente estable y un perfil no muy bajo en el escenario internacional”, sostiene un documento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Objetivos del bloque
– la promoción de acuerdos bilaterales de comercio entre los países miembros
– la promoción de acuerdos bilaterales de comercio entre los países miembros y
– la financiación de proyectos productivos a través del Nuevo Banco de Desarrollo.
El peso de los BRICS en la economía mundial
En conjunto los 5 países miembros agrupan:
– el 40,8% de la población mundial (según datos del BM),
– el 29,5% de la superficie del planeta,
– el 26,5% de las tierras agrícolas (datos del BM para 2020).
– el 20% de la inversión mundial, y
– el 25,7% del PBI mundial en 2022, de acuerdo con los datos del Banco Mundial (BM).
Este gesto se denomina “ojiva” y se enseña en clases de comunicación no verbal para oradores, así que cómo veís son todos muy versátiles y originales. Todos cortados por el mismo patrón.
La más típica (hay más):
Manos en “V” señalando al cielo:
Se simula con las manos la forma de una pirámide.
Se trata de un “autocontacto” que puede aliviar la tensión, es una postura que transmite aplomo y asertividad.
Al realizarse, suele indicar que la persona cree que es mucho más competente que la persona con la que mantiene la conversación y quiere demostrarlo.
Suelen ser personas que se sienten con autoridad para abordar el tema del que están hablando y al colocarse en esta posición lo reflejan ante los ojos de las personas que les ven/escuchan.
No vayas más allá de tu objetivo original: triunfar, aprender a cuándo detenerte.
El momento del triunfo es a menudo el momento de mayor peligro.
En el fragor de la victoria, la arrogancia y un exceso de confianza en tus fuerzas pueden llegar a impulsarte más allá de la meta que te habís propuesto en un principio, y al ir demasiado lejos, serán más los enemigos que te crearán que los que logres vencer.
No permitas que el éxito se te suba a la cabeza.
No hay nada como la estrategia y la planificación cuidadosa.
Fíjate un objetivo y, cuando lo alcances, detente.
Siempre es peligroso mostrarse superior a los demás, pero lo más peligroso de todo es parecer libre de toda falla o debilidad.
La envidia genera enemigos silenciosos. Lo inteligente es poner de manifiesto, de vez en cuando, tus defectos y admitir vicios inofensivos, a fin de desviar la envidia y parecer más humano y accesible.
Sólo los dioses y los muertos pueden parecer perfectos impunemente.